Elsevier España, Psiquiatría Biológica, 4(17), p. 134-137
DOI: 10.1016/j.psiq.2010.12.003
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El trastorno por estrés postraumático (TEPT) aparece de forma comórbida con el trastorno mental grave (TMG) en el 16–48% de los casos, una cifra mucho más alta que en la población general (7,8–9,2%). Aunque en estos pacientes con enfermedad psiquiátrica primaria grave el diagnóstico del TEPT es muy frecuentemente obviado. Hay varias hipótesis etiopatogénicas que explicarían la alta prevalencia de TEPT en pacientes con TMG: diátesis del propio trauma; alto riesgo de exposición a situaciones traumáticas; predisposición genética para la psicosis en un grupo de pacientes con TEPT, y efecto del propio tratamiento antidopaminérgico. Las repercusiones del TEPT en pacientes con TMG están bien documentadas en la bibliografía. Los pacientes con TEPT presentan síntomas psiquiátricos más severos, más trastornos por abuso de alcohol y otras sustancias, tienen un mayor número de visitas y hospitalizaciones psiquiátricas, una menor integración laboral, una peor adherencia al tratamiento farmacológico, más conductas de riesgo, intentos de suicidio y autolesiones, y una función cognitiva más pobre.