Razón y fe, 1461(287), p. 9-22, 2023
DOI: 10.14422/ryf.vol287.i1461.y2023.001
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El concepto de salud es mucho más difícil de definir que el concepto de enfermedad. Este trabajo resume la trayectoria histórica del concepto de salud desde las civilizaciones azteca y egipcia, hasta la definición de la Organización Mundial de la Salud en 1948: “Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Más recientemente, la definición de salud de la OMS se ha modificado y complementado con la cuarta dimensión: la salud espiritual. Implica un sentido de plenitud y satisfacción con la propia vida, sistema de valores, autoconfianza y autoestima, autoconciencia y presencia, paz y tranquilidad con equilibrio emocional dinámico, tanto interno como hacia el entorno, moralidad y veracidad, desinterés, emociones positivas, compasión y voluntad de ayudar y apoyar a los demás, responsabilidad y contribución al bien común y manejo exitoso de los problemas y demandas de la vida cotidiana, así como del estrés social. En definitiva, ‘salud’ es un concepto evolutivo y cambiante, que además es muy personal. Depende de la edad del individuo, sus condiciones y su entorno, y también del estado inicial de cada persona, entre otras variables. El transhumanismo y sus novedades aplicadas a la salud pueden revolucionar todos estos conceptos.