MedUNAB, 1(23), p. 118-130, 2020
Introducción. En mamíferos, el control de la temperatura corporal es vital. El estado de consciencia y control motor en humanos, ocurren a una temperatura de 37°C y las desviaciones pueden alterar las propiedades celulares, generando disfunciones fisiológicas. En especies como los roedores (su relación área de superficie/volumen facilita la pérdida de calor) mantienen temperaturas basales cercanas a los 30°C. Distinto es con animales como los paquidermos, cuya temperatura es menor comparada con los humanos. El objetivo es identificar los aspectos fisiológicos de la termorregulación. Descripción de temas tratados. Revisión descriptiva de la literatura de artículos publicados en diferentes bases de datos. La termorregulación es la capacidad del cuerpo para establecer y mantener su temperatura, regulando producción y pérdida de calor para optimizar la eficiencia de procesos metabólicos. El protagonismo lo tiene el sistema nervioso central y su control neuro-hormonal en múltiples niveles. El centro regulador térmico está en el hipotálamo anterior. Este recibe información de los receptores de grandes vasos, vísceras abdominales, médula espinal y de la sangre que perfunde el hipotálamo. Cuando aumenta la temperatura central, el termorregulador activa fibras eferentes del sistema nervioso autónomo, provocando pérdida de calor por convección y evaporación. Ante el descenso de temperatura, la respuesta es disminuir la pérdida de calor (vasoconstricción y menor sudoración); además, incrementar la producción de calor, intensificando la actividad muscular. Conclusión. La termorregulación es liderada por el hipotálamo, quien regula aumento y disminución de la temperatura respondiendo a las necesidades del organismo para llegar a la homeostasis y compensación, enfrentando las alteraciones de la temperatura ambiental