Muchas categorías psico-sociales han contribuido al creciente desarrollo de los estudios acerca del bienestar. En el campo de las ciencias de la salud, dicha categoría se hace necesaria, para abordar los factores psicológicos y sociales influyentes en el proceso salud-enfermedad. Algunos autores han considerado el bienestar subjetivo como expresión de la afectividad y otros como valoración cognitiva, mientras que Diener (1) brinda una concepción más integradora del bienestar subjetivo. Autores cubanos consideran que bienestar lleva implícito la experiencia personal y por tanto hablar de bienestar subjetivo es una redundancia. Consideran también la íntima relación de lo afectivo y lo cognitivo y por eso lo definen como la valoración subjetiva que expresa la satisfacción de las personas y su grado de complacencia con aspectos específicos o globales de su vida, donde predominan los estados de ánimo positivos (2).